.

.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Bullyng.



¿Te sientes mal?
¿Pensando en el suicidio o en cortarte?
Solo imagina esto por un segundo:




Estás sentada en tu habitación, *puerta cerrada con llave* con una lapicera y un papel en blanco frente tuyo. Tu mano tiembla y las lágrimas caen otra vez, es la tercera vez en una hora. "Para mi familia", escribes en la hoja pero decides que es una mala manera de empezar tu carta, de suicidio. Pruebas de nuevo, una y otra vez pero no sabes como comenzar. Nadie te entiende, nadie entiende lo que estás pasando, estás sola, o al menos eso piensas. A nadie le importa si estás viva o muerta. Es de noche, te deslizas en la cama; "adiós" le susurras a la oscuridad. Tomas tu última respiración y acabas con todo. ¿A nadie le importa, no? Bueno, te equivocas.

Es martes, la mañana siguiente. A las 7:00 tu madre llama a tu puerta; no sabe que no puedes oírla, no sabe que ya te has ido. Golpea unas veces más, como no hay respuesta de tu parte abre la puerta y grita. Se desploma en tu habitación mientras tu padre corre a ver que sucede; tus hermanos ya se habían ido al colegio. Tu muy débil madre reúne toda la energía que le queda (la que es prácticamente nada) para caminar hacia tu cama. Se apoya en tu cuerpo muerto, llorando, apretando tu mano, gritando. Tu papá está tratando de mantenerse fuerte pero las lágrimas escapan de sus ojos; llamando al 000 o 911 con su mano izquierda mientras que la otra está en la espalda de tu mamá. Tu madre se culpa a sí misma. Todas esas veces que te dijo "no", todas esas veces que te gritó o te envió a tu habitación por alguna estupidez. Tu padre se culpará a si mismo por no estar cuando le pediste ayuda, por dejar la casa para ir a trabajar por tanto tiempo. ¿A nadie le importa, no?

Son las 8:34. Golpean la puerta de tu aula, es la directora. Luce más preocupada que nunca. Llama a la profesora a un costado; todos los estudiantes están preocupados: ¿qué está pasando? La directora les cuenta sobre tu suicidio. La chica popular que siempre te llamó gorda y fea, ahora se está culpando a si misma. El chico que siempre te copiaba la tarea pero te trataba como mierda, está culpándose a si mismo. El chico que se sentaba detrás de ti, el que siempre te tiraba cosas durante la clase, está culpándose a si mismo. La profesora se culpa a si misma por todas esas veces que te gritó por olvidarte de hacer la tarea o no escuchar en clase. Las personas están llorando, gritando, en shock, arrepentidos por lo que hicieron. Todos están devastados, incluso los chicos con los que nunca hablaste antes. ¿Todavía a nadie le importas, no? Tus hermanos llegan a casa. Tu madre tiene que decirles que te fuiste, para siempre. Tu hermana menor no importa cuantas veces te haya gritado, dicho que te odiaba o robado tus cosas, siempre te amó y te vio como su heroína, su modelo a seguir. Ahora empezó a culparse a si misma; ¿por qué no hice lo que ella me dijo que haga? ¿por qué tomé sus cosas incluso cuando me dijo que no lo haga? Es toda mi culpa. Tu hermano llega a casa, el chico que nunca llora. Está ahora en su cuarto, enojado con si mismo por tu muerte. Todas esas veces que te hizo bromas. Está golpeando la pared, tirando cosas, no sabe como lidiar con el hecho de que te fuiste para siempre. ¿A nadie le importas no? ¿No?

Pasó un mes. La puerta de tu habitación estuvo cerrada todo este tiempo. Todo es diferente ahora. Tu hermano tuvo que ser enviado a clases de control de la ira, tu hermanita llora todos los días esperando que vuelvas. La chica popular ahora es anoréxica. El chico que siempre te tiraba cosas dejó el colegio. El chico que copiaba tu tarea ahora se corta. Tu padre tiene depresión, tu madre no duerme por las noches, "es todo su culpa". Estuvo llorando y gritando cada noche deseando que vuelvas. No saben como lidiar el dolor que están sintiendo. Pero, ¿a nadie le importas, o me equivoco? Tu madre finalmente decide limpiar tu habitación pero no puede. Se encerró ahí durante dos días para tratar recoger tu ropa, tus cosas. Pero no puede, no puede decirte adiós, no todavía, no ahora. Nunca. Es tu funeral. Es grande, todos vienen. Nadie sabe qué decir, todavía están en shock. La chica hermosa con la gran sonrisa se fue. Todos lloran, todos te extrañan. Todos desean que vuelvas pero no lo harás. ¿Todavía piensas que a nadie le importas? Piensa de nuevo. Incluso si la gente no lo demuestra, les importas, ellos te aman. Si te suicidas hoy, detiene tu dolor, pero lastima a todos los que te conocen por el resto de sus vidas. El suicidio es una manera fácil pero es la opción incorrecta. La vida es hermosa. Sí, puede tener altos y bajos; todos tienen sus malos días. A veces la gente pasa por momentos difíciles en sus vidas, como probablemente lo estés haciendo ahora, pero los malos tiempos vienen y se van. Es posible que no veas la luz en tu vida pero está ahí. No importa lo difícil que la vida se vuelva, nunca te rindas contigo mismo, o con tu vida. Toma un minuto y piensa: Si te suicidas ¿qué se sentirán y harán las personas que amas? ¿No puedes pensar en nada? Bueno te diré: lágrimas, lágrimas y más lágrimas. Devastación. Culpa. Dolor. Quebrados. Arrepentidos. Miserables.

Por favor, pensalo bien antes de cometer un error que no tiene solución.

martes, 18 de febrero de 2014



Estoy acostada en mi sillón favorito, intento descansar, o al menos reposar mi cabeza y no puedo, te tengo atravesado en los párpados, si pudiera te diría que te vayas, pero no puedo, te tengo atravesado en mi garganta. Opté por encender un cigarro y ver. Veo a través de la ventana la gente pasar, mi mirada recorre esas parejas tomadas de las manos. No sé muy bien en realidad cómo me siento. He estado un poco susceptible estos días, todo me alteraba y sufría grandes tormentos al escuchar tu nombre.
Se me hace imposible olvidar cada mentira, muy a menudo me consumen, trato de recordar siempre los lindos momentos pero cuesta demasiado, ciertas cosas pesan más que ellos.
Quizás en algún momento puedo recordar como solía tomar tu mano, y sonreír a tu lado. Eras mi anestesia, la cura para todo dolor. No todo fue tan malo como lo es ahora. En algún momento llegué a sentir que me querías, o eso me hacías pensar. 
Me gustaba complementarme con vos, pasar horas y horas riéndonos hasta de nosotros mismos. Adoraba hacerte reír, no importaba que tenía que hacer para lograrlo, simplemente no me importaba.
Pienso en lo bien que me hacía verte, por más que sean minutos, eso le daba un giro de ciento ochenta grados a mi día. 
Todos mis planes eran con vos. No imaginaba el resto de mi vida sin tenerte al lado. No quería imaginarlo. Ya te había elegido, te elegí para siempre.
Me apena pensar en cómo dejaste que todo se destrozara, sin lugar a dudas hubo otras cosas que te llenaron más que todo lo que pude darte. Mi amor no bastaba, necesitabas más. Y hasta puedo jurar que te di más, más de lo que merecías.
No me importó quedarme sin nada, porque eras lo único que necesitaba. Aunque de tu parte no era así, te costaba tanto dejar cosas por mi, te costó tanto que no pudiste dejarlas.
Siempre me hablabas de igualdad, pero ¿estás seguro que había equidad entre nosotros? No quisiera entrar en detalles, ni explicarte cada una de las cosas, porque lo sabes, y aunque intentes hacer que no, sé muy bien que lo sabes, y no te gustaría aceptarlo, porque es mejor ser víctima que culpable. Entiendo que es más sencillo no arriesgar nada, ni alterar algo en tu vida, pero lo que no entiendo es qué me sorprende.. si siempre fuiste un cobarde. Y si no estás dispuesto a jugar tus cartas, tampoco te mereces que nadie lo haga por vos, ni siquiera yo estoy dispuesta a hacerlo por vos.
Tal vez somos mi ciego optimismo y yo los culpables. Tal vez sos vos y tu enferma necesidad de entregar amor y luego quitarlo.
¿Cómo podría creer que harías cosas tan malas? Me duele ver la verdad, ver lo que siempre fuiste y yo no lo notaba.
¿Le llamo amor a estar aguantando todas tus pendejadas, o qué? Es hora de cambiar aquello.
No te imaginás, cómo me queman adentro los besos que no puedo darte. Me mata saber que no fue por algo que yo busqué. Si ni siquiera podía imaginarlo.
Siempre que podía, te pedía que no me dejes sola. Pero cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.
Siempre creé la idea de perfeción en mi cabeza, por eso me decepciono después.
Siempre nos encontramos frente al dilema del amor y la traición. Cuando uno ama, entrega todo de sí, sin lugar a dudas se entrega uno mismo, completamente. Se ofrece a la otra persona de tal forma que deja de pertenecer a si mismo para pertenecerle. Aunque nunca se aleja de nosotros el miedo a ser traicionados, heridos y desilusionados. Pero, pasa que tu mundo se derrumba, cambiando luz por oscuridad, donde todo lo envuelve la soledad, a causa de la traición. Pasa que esa persona que amas ya no siente, o en realidad, nunca sintió lo mismo que sentís vos por ella, y no le importa hacer las cosas más sencillas para herirte, ni siquiera lo piensa, lo hace. Pasa que ese cosquilleo en la panza que sentías cuando el te besaba o esos abrazos que te daba y sentías tocar el cielo con tus propias manos se transforma en una dolorosa traición. Ese sentimiento, horroroso, denominado traición que te hace sentir que todo el mundo se vuelve contra vos, que un millón de espadas te atacan.
¿Cómo pudo decirte cada una de sus palabras de amor si luego te iba a traicionar? ¿Cómo te engañó por tanto tiempo? ¿Cómo se le fue el amor que decía sentir en unos instantes? ¿Cómo perdió en unos minutos lo que vos le dabas todos los días? 
Tus días se hacen eternos, ya no le encontrás sentido a nada, ni siquiera te puede dar una explicación de lo que hizo, mucho menos le interesa cómo te sentís. Pasas noches desvelada pensando en cómo pudo haberte traicionado, cómo le creíste por tanto tiempo, por qué le diste tanto amor, por qué te pagó así. Después de pasar tiempo por este horrible dolor, y seguir saboreando todos los días el sabor amargo de la traición de esa persona que amaste tanto.. lográs retomar tu vida, te proponés metas, luchás por poder seguir, volvés a ver brillar el sol y todo parece estar bien, hasta que de repente vuelve, diciéndote todo lo que te decía antes, haciéndote creer que te ama como te amo el primer día y aún más, que te necesita para poder vivir, y que sos lo único que puede hacerlo feliz; y culmina diciendo la típica frase: ''el verdadero amor perdona'', y vos débilmente caes en sus trampas y sus mentiras, sin darte cuenta que ese era el momento justo para decirle: ''sí, pero el que ama no traiciona''.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Dependencia.



¿Se puede vivir una relación amorosa, sin depender, más o menos, del otro? ¿Es posible amar sin tener miedo a perder al ser amado? Lejos de lo que pudiera parecer, amar a otro es aceptar que nuestro deseo nos conduce a él, porque nos aporta lo que no tenemos y queremos.
Dependemos de la persona que amamos porque también dependemos de nuestros deseos, reconocerlos es tomar la vida en nuestras manos.
"Sos aquel que me da alas y me las quiebra a la vez". Me refiero a que por ser otro diferente, sos el más maravilloso excitante del deseo pero también sos quién me limita.
El miedo al compromiso amoroso proviene del temor a depender demasiado del otro, a no saber aceptar la independencia propia sin negar nuestra dependencia del otro. Y, sobre todo, a depender de deseos y miedos inconscientes que no conocemos pero que actúan en nosotros. Es el miedo a la imposibilidad de amar y las dificultades para sostener en el tiempo una relación.. el amor es el terreno en el cual somos y nos sentimos mucho más vulnerables.Vivir en pareja básicamente es compartir, completarse el uno al otro, llenar tus vacíos con la otra persona, todo eso está muy bien, pero no podemos basar nuestra existencia en el otro. Tenemos que ser felices por nosotros mismos, autónomos en la vida, no podemos hipotecarnos a tal extremo de que, si no es con la persona que amamos, nuestra vida se acaba.
Sé que no se pueden poner límites al afecto, no es algo racional; entiendo que si amas a alguien tu aspiración es compartir tu vida con el/ella, y entiendo que su pérdida, sea la que sea, provoque un dolor y un vació insoportable, pero la vida continúa, ya sé que suena a tópico, pero es verdad, y como suelo decir muchas veces, no espera por nadie.
Depender de ti, eso me mata. Porque necesito saber de vos, recordarte, saber que estás bien, preguntarme si aún me recuerdas, si quizás me extrañas o me necesitas, o solo recordar los buenos momentos.
Cambié. Cambié mucho por vos... hice lo imposible por corregir esos defectos que me hacían única. Soy una persona muy distinta a la de antes. Y solo lo hice por vos. Y ahora que me has dejado, ya no puedo ser la de antes. Ni siquiera recuerdo cómo era yo hace meses. Quiero volver a ser la de antes.. pero, ¿cómo lo hago si ni siquiera sé quién era y tampoco sé quién soy ahora? Quisiera ser como un armario, y poder guardar las cosas de acuerdo a su agrado. Por un lado, en el cajón más amplio y lindo guardar todas nuestras caricias, besos, miradas, juegos.. y no las peleas. Separar todo eso que me aleja, para que se me haga más fácil no guardarte rencor. Esa estructura perfecta que ideo en mi mente, pero nada es así, las peleas, los gritos, el hecho de lastimarnos EXISTE y por más que quiera negarlo y crear de vos el hombre perfecto, NO PUEDO. Aunque tan solo con poder imaginarlo me hace bien, feliz. Es como una escalera que me lleva al cielo, a esa felicidad completa, pero cuando decido abrir los ojos y en verdad me doy cuenta, ya estoy alto, en lo más alto.. y caigo, una caída que duele, un dolor que se clava muy adentro, que descuartiza. Cuando por fin veo cómo son las cosas me siento perdida, desorientada. Porque vivía en aquel mundo donde te conocía, donde eras lo que yo quería, donde simplemente cerraba los ojos a lo que no me gustaba de ti, dónde agachaba la cabeza y te decía que sí a todas tus mentiras, para no descubrirte, para no lastimarme más, dónde el hecho de tomarte de la mano y caminar era mi mejor momento del día, donde podía mirarte y me gustaba, donde creía que no me mentías, que eran solo ideas mías, propias de mis celos y desconfianza, donde me eras fiel.. Pero todo en algún momento llega y reaccioné, así es, tarde.. pero en fin lo hice. Ahora tengo que afrontar las cosas como son y sé que todo esto es mi culpa, porque todo estuvo allí, siempre, nadie intento ocultármelo y yo era la necia que no quería verlo. Creer que era tan feliz y haberme lastimado tanto. Se que exagero todo, lo sé, aunque creo que esto ya es demasiado. Dices que nada se acabó.. que aun todo sigue en pie.. Te amo y me amas, pero esa inseguridad, ese miedo que tengo que solo existe dentro de mi cabeza me lleva a pensar en todo esto. Y es que el hecho de pensar que podés estar fingiendo otra vez más, y que tu boca vuelve a mentirme cada vez que la abrís.. me vive atormentando. Pero por mucho que me esfuerce.. no vas a cambiar.
Quiero huir de toda esta mierda. Tus palabras retumban en mi cabeza, como si cada día me lo repitieras, me lo gritaras. Tu recuerdo me va matando, como si el corazón se me consumiera poco a poco. No encuentro respuestas a preguntas que jamás oirás. Mi corazón perdió su magia, le cuesta respirar. Le falta la mitad que tú llenabas. Mi vida ha perdido su sentido. Mis sonrisas ya no tienen un motivo.
Soy estúpida, por no parar de pensar en ese beso que no se volverá a repetir. No hago más que pensar en tus ojos clavándose en mí, como si de espadas se trataran. No paro de recordar nuestra historia; la vez en la que cielo y tierra nos pertenecían; la vez en la que todo fue nuestro y nadie podía quitárnoslo.
No paro de pensar en aquel tiempo en que, lo que más temía sucedió. En aquél cuento de hadas que escribí sin final; final que no escribí porque no quería que llegara…
Y soy estúpida, estúpida por pensar que voy a tener el valor de escribir un segundo capítulo en el que todo se arregla y vuelve a ser como antes.
Soy estúpida por seguir pensando que, en el fondo, alguna vez sentiste algo por mi.
Es una mierda, pero es exactamente como pensé que sería, es como si estuviese intentando comenzar de nuevo continuamente. Tengo un agujero.. es mi pecho, soy como una montaña rusa de emociones. Algo me dice que no voy a poder seguir hasta que juegues con mis emociones y las hagas subir. Es como una explosión cada vez que te tengo y no bromeaba cuando te dije que me quitas la respiración. Prométeme que no cometeré un erroUY, YA LO COMETÍ.




Te quiero amor, también en las cosas cotidianas,
en esos días de tarde en que no hacemos nada.
Te quiero en las mañanas de vueltas incontables, 
en la tarde de compras y pruebas.
Te quiero en los días de silencio, 
en las noches de preguntas sin respuestas.
Te quiero en los malos días, 
en los de tráfico, en aquellos sin tiempo.
Te quiero en las mañana de lluvia, 
en las de partidos de fútbol y de Play Station. 
Te quiero, sin duda,
 en esos días en que dormimos juntos,
  sin que pase nada.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Tú, mi enemigo. Dejarse vencer.


No voy a cometer el mismo error, de nuevo. No me desmoronaré de la forma en que vos intentaste hacerlo conmigo. Estoy segura que crees que me dejaste destrozada, que voy a volver corriendo hacia vos. No creo que sepas o entiendas, pero aún cargo el peso de tus mentiras en mis hombros. Y no porque me haya alejado de vos, mi vida volvió a ser lo que era, ojalá. Todavía me cuesta levantarme y sonreír. Abro los ojos, pestañeo, y ya siento pesadez, porque sé que me va a costar pararme y caminar, caminar y que nada me recuerde a vos, absolutamente nada. Hay días que me siento forzada a fingir sonreír. Porque sé que hoy, como ayer, me voy a enterar de algo más, de alguna otra mentira que intentaste esconder, como siempre, y que nunca pudiste. Y aunque lo evite de mil maneras, alguien va a venir a decirme cosas que no quiero oír, alguien va a decirme: "al fin abriste los ojos" y eso duele; me duele porque me siento estúpida, me veo estúpida, me ven como estúpida, porque te burlaste, me manejaste como quisiste, a tu antojo, a tu manera, y porque a pesar de todos tus "errores", aunque creo que fueron más decisiones que errores, te perdoné y te volví a dar mi confianza y amor, te elegí.. ¿me podrías decir cuántas veces más? Y todo para que me sigas fallando.
Amarte era fácil, hace un tiempo atrás, pero ahora mis sospechas de vos.. se multiplicaron. ¿Y todo por qué? porque me mentiste, a tal extremo de hacerlo en la cara, mirándome a los ojos. ¿No te das cuenta de la gravedad de todo esto, no?
Y en realidad, lo que más me duele, es que no fueras capaz de verme con los mismos ojos que yo te veía, que no fueras capaz de darte cuenta todo lo que dejaba por vos, sin importarme y sin reclamarte, que no fueras capaz de jugártela un poquito más, de ser valiente una vez en tu miserable vida, de no entenderme, no valorar a la pendeja de mierda que supo hacerte sentir amado, mimado de verdad. No valorar que daba hasta mi vida por vos, si era necesario que me sacrifiquen, lo hacía, y aún no siendo necesario, también. Para que entiendas un poquito lo que fuiste vos para mi. No fuiste valiente, te faltó el valor para pelear por mi, para merecerme.
Está perfecto amarse a uno mismo, pero es tan grande tu amor propio, que no te das lugar a amar a alguien como se lo merece, no le das el lugar que necesita, no podés dejar de pensar en vos ni en tu propia conveniencia. Mientras vos estés bien.. ¿Qué más importa, verdad? Nunca pensaste en nadie más que no fueras vos, solo veías tu "dolor". 
Me entristece todo esto, a tal punto a agobiarme. Soy tan joven.. debiste haberlo pensado mucho mejor, antes de lastimarme así, o de apoyarte en mi. Si no estabas seguro para qué lo hiciste, para qué mentiste, para qué fingiste. Si no querías o no estabas dispuesto a jugártela por alguien, no lo hubieras intentado conmigo. Cualquier persona hubiera actuado de una forma diferente, y no es por comparar.. sino que vos elegiste la forma más cobarde. Hubiera preferido no verte a tener que pasar todo esto. Y yo te avisé, una y mil veces, que lo mío iba en serio -te recuerdo.. porque quizás querías echarme la culpa a mi, nuevamente- y si lo tuyo no.. ya tenías la puerta abierta, y podías irte cuando quisieras. ¿Estás vengándote de algo? No entiendo. ¿Tan poco fui? ¿Tan mal me porté con vos? ¿Cuál es la necesidad de huír así, de ser tan cobarde, de jurar y no cumplir, de mentir mirándome a los ojos, de lastimarme de tal modo? ¿Cuál es la necesidad de decirme "te amo" sin ni siquiera tener la difusa idea de lo qué es amar? ¿Por qué? ¿Por qué me mentiste? ¡Y basta de darme vuelta las cosas! Porque aunque lo niegues, es así, porque cuando se ama.. no existen límites, reglas, ni fronteras, y si existieran.. el amor los sobrepasaría. Creo que te lo he demostrado, ¿no? Si tenía que venderle mi alma al diablo por nuestro amor, no me importaba nada, nada más que vos, lo hacía. Me puse mi mundo en contra, por vos. Te amé, te juro. Fue el riesgo que debí tomar, y ahora todas las malditas noches me paso recordando esto. Recordando lo que logré llegar a sentir, y aún así termino prendida a las paredes, porque no logro evitar sentirme tan mierda por la puta convicción de que debí darte más, que en algo fallé, por eso eras así conmigo, por eso me pagabas así, pero no encuentro en qué. Y muy de a ratos, me odio por no tener el valor de hacerme respetar por vos. Me odio por prohibirme vivir, cuando vos no te prohibías ni una noche por mi. Me odio por confiar en una persona como vos, y perderlo absolutamente todo. Porque debido a vos, aprendí a no correr riesgos para no salir nunca lastimada. Debido a vos, me cuesta confiar, no solo en mí, sino en todo aquel que me rodea. Debido a vos.. tengo miedo. Sos el fantasma que me asecha todas las noches.
Y no quiero, no puedo llorar, porque sé que para vos eso significa debilidad. Y quiero demostrarte que cada vez estoy y me siento más fuerte. Porque voy a seguir intentando superarte hasta que lo logre, porque soy así de psicópata o como quieras llamarlo, porque cuando me propongo algo.. no paro hasta conseguirlo. Porque sé que esto no pudo ser, y no por mi, por eso me RINDO, porque no se puede estar mendigándole amor a alguien, porque me quiero mucho más de lo que pensás, y porque me acepto así como soy, como nunca supiste aceptarme. Y porque sé, que aunque se tornó difícil, yo dejé mi alma en todo esto, le puse el pecho a las balas, vulgarmente. Más no puedo darte. ¿Más? jaja. ¿Más querías? No puedo. Me rindo. Y no era todo el mundo contra nosotros, ¿te diste cuenta, no? Nuestro único enemigo eras vos, solo vos. Y de la única forma que pude vencer al enemigo.. fue alejándome, y aunque el golpe fue muy fuerte..  hoy, estoy bien así.



 Abrir los ojos, para ver la realidad, aunque duela, aunque no se quiera.

martes, 4 de febrero de 2014

Y podremos..

Y podremos abrazarnos y reírnos de nosotros mismo. El período de adaptación será largo, difícil, doloroso. Pasarán años y no terminaremos de aprender a convivir como pareja. Será complejo, pero valdrá la pena, porque cuando todo parezca ponerse en contra tuya, cuando caigas y te sientas derrotado, sabrás que habrá alguien que te espera con los brazos abiertos, que te ama, que se siente mal por tu tristeza, que estará a tu lado siempre, no importando los giros de tu fortuna. Y si es tarde y no has llegado a casa, tu esposa estará despierta, mirando el teléfono y asomándose por la ventana cada vez que oiga un auto. Y a mí, cuando los niños me falten el respeto, cuando el trabajo de la casa me agobie, cuando mis planes se deshagan y todo parezca venirse abajo, mi esposo me apoyará, me tomará de la mano y me dará fuerzas, como un amigo sincero en cuyo pecho podré llorar abiertamente.