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domingo, 26 de enero de 2014

Deceitfulness



Siempre llenaste algo en mi, ya sea un poco del vacío o un silencio que nadie notó. Me dabas lo que necesitaba, un poco de cariño y no más que tus argumentos para refutar mi visión de las cosas. Me devolviste un poco del aire que me habían robado, me devolviste la vida y la definición de esperanza que en mi diccionario parecía haberse borrado. Renovaste mis fuerzas y mis alegrías. Me pediste que no llorara por quién no lo merece, que nadie en el universo merecía mi llanto, ni vos. Me levantaste del piso y me obligaste a caminar aunque ya no pudiera, aunque tuvieras que llevarme, me pedías que no me quedara atrás. Con el tiempo comenzaba a entender y creer(me) que no todo estaba perdido, que no era del todo inútil y que en mi vida si había algo por lo que vivir, una misión. Me hiciste creer, y juro que por unos tantos meses te creí, que la vida tenía sentido. Te creí tanto que me engañaste, jugaste y actuaste tan bien conmigo que ahora si hay algo que no puedo creer es que me dejes sola sin importarte nada y que a pesar de todo lo que me enseñaste, hoy me des la dura lección de que las personas saben fingir, y muy bien; saben fingir bienestar, placer, y fidelidad.. así como tú has fingido eso y tanto conmigo. Pero si algo aprendí esta vez, fue que no se puede vivir a base de mentiras e ilusiones.

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