.

.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Te enamoraste.

Te sentás en un banco, en la plaza que más te gusta, ves la lluvia, sentís el frió, te ilumina el sol, juntás hojas color naranja, te das cuenta de cuanto pasó el tiempo, sentís que fue lo más importante que te pasó.
Sonreís y pensás que el tiempo es solamente tiempo y que los recuerdos son los que lo hacen valioso.
Te enamorás, tu ciudad es tan vacía y te aburre tanto que lo único que valoras es una persona que te acompaña todos los días.
La mirás y no decís nada, solamente la mirás y pensás -¿por qué será tan linda?- la mirás y en sus ojos encontrás tu sonrisa, la mirás y querés acercarte y darle un beso, le diste un abrazo y escondiste tu cabeza en su pecho solamente porque el sonido más bello del mundo para vos es escuchar latir su corazón.
Capaz sientas a veces que vivir es un asco, pero la tenés con vos y tu vida es tan preciosa, perdés un minuto viajando a su casa e imaginás que ojalá pudieses recuperar ese minuto estando con ella. 
Su sonrisa es tan valiosa, y te llena tanto el corazón que a veces no sabes que decirle.
Te enamoraste, y con tanta fuerza que no encontrás palabras para decírselo.
Está con vos y en tu garganta las palabras ''nadie jamás me hizo tan feliz como vos lo hacés'' quieren salir pero las guardás simplemente por valorar ese silencio cuando estás en sus brazos.
Te enamoraste, y lo es todo para vos, te enamoraste porque sentís que jamás en tu vida alguien te va a importar tanto y que tu corazón se fue de tu pecho para llegar a sus manos.
Capaz sentís a veces como si te hubieses dormido y alguien te hubiese dado un beso para que te despiertes y vivas, para que vivas feliz y a su lado hasta el último día.
Te enamoraste, cuando llueve y pensás que lo mejor que podría pasarte es estar a su lado mirando por la ventana y presionando tus mejillas contra su hombro.
Te enamoraste cuando empezás a sentir que tu vida de verdad tiene valor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario