.

.

domingo, 20 de julio de 2014

No hay remedio.

He estado recordando los momentos que te di, 
cuántos tú me diste y por qué ahora estoy aquí, 

sentada en el suelo, pensando que te quiero, 
que te quise tanto, y que tu amor me es necesario.. 

Déjenme llorar quiero sacarlo de mi pecho, 
con mi llanto apagar este fuego que arde adentro, 
Déjenme llorar, quiero despedirme en silencio, 
hacer mi mente razonar que para esto no hay remedio.... 
Fueron tan bellos encuentros... amarnos sin miedo, 
eres tú la noche y yo tu sueño, tú mi cuenta cuentos, 
te olvidaré, te lo juro, lo siento, tu amor me hace daño, 
y esto no puedes ya arreglarlo.
Pero amor como el mío no hallarás por ahí, 
porque este amor apuesta hasta por mi... 

Déjenme llorar quiero sacarlo de mi pecho, 
con mi llanto apagar este fuego que arde adentro.. 
déjenme llorar quiero despedirme en silencio, 
hacer mi mente razonar que para esto no hay remedio

martes, 15 de julio de 2014

Hoy afirmo y soy fiel testigo de que lo prohibido atrae, une y aferra.
 Prohibido tenerte yo, prohibido tenerme vos. 
Prohibidos los sentimientos que generamos, que guardamos. 
Prohibido en realidad por todo lo que eso conlleva, porque se comprueba en cada roce.
 Es eso, que aunque estemos dispuestos o no, permanecerá aquí siempre, para y por nosotros. 
Hay penuria en el entendimiento, pero desborda la química. 
El cielo se divide, el fuego se enciende, se ensancha el mar y crecen las fantasías cuando estamos juntos. 
     Prohibido amarnos y sentirnos tanto, prohibidos vos y yo. 
    Prohibido porque es real, honesto, transparente, natural y puro.
          Prohibidos para ellos, para los demás. 
          Eternos entre nosotros. Unidos; y para siempre.
   ¡Sos mi locura!


                                                 

Siempre serás, bienvenido a este lugar.

Seguí mirándolo, mis ojos empezaron a brillar. Había en él lo que yo necesitaba, escondido en un rincón de su alma, queriendo salir. Sentía que por fin algo se había encendido entre nosotros. 


Lo conoci, del modo más casual, tonto e inesperado del mundo. Nunca pensé que el amor sería la cosecha de dos personas como él y yo, tan desemejantes. Ocurrió en mi vida, con muy poco valor. Pero siempre tuve el impulso, sí, ese que se siente hacia alguien que anhelas desde el primer instante, desde el primer momento, desde el comienzo de todo. Había algo que nos unía, que no nos permitía detenernos. Poco a poco me fue atrapando su risa, su ternura, la forma de sus labios, la pronunciación de mi nombre en su boca, y la manera tan fascinante e inconcebible en que me hacia el amor.
Es de ese tipo de hombre que te cambian la vida, te mejoran y te simplifican la vida, que hacen del peor día de tu vida.. el mejor. Es quién me pone el corazón a mil, me hace sentir, me hace estar en paz conmigo misma y con los demás. Él me da amor, y del que yo necesito.
¿Y por qué dejaría de hablar de su voz? ¿Por qué obviaría esa parte?  ¿Por qué no diría que es la causante de todos mis vuelos? Solo al oírla logro sonreír y me permito soñar.
Y aunque debo admitir que es él el causante de todos mis males, él es también quién me hace volar y vivir. 

Seguí mirándolo, mis ojos empezaron a brillar, aunque, esta vez, entendí el porqué de mi locura hacia él. Simplemente, me hace existir. 

¿Es algún ser existente capaz de pensar, de imaginar, o.. adecuadamente dicho, de alucinar con que podría reemplazarlo? No lo creo.